Un grupo de rumanos encapuchados se llevaron la limosna del pozón de la virgen, de Covadonga. 1200 Euros y varias pesetas que los devotos habían depositado.
Después de atraparlos y lincharlos les han pedido penitencia, bajar a Cangas descalzos y volver.
Con el botín tan grande que tiene la iglesia, sobre todo en el Vaticano, los pringaos se obsesionaron con la chatarra.